Un buen ejemplo de que el desarrollo de los agricultores se puede realizar mejorando la calidad de vida de manera sostenible, lo da Nicaragua. La central de cooperativas cafeteras en este país centroamericano, viene afrontado la crisis del café con un programa de mejora de la caficultura a largo plazo, mejorando la calidad ambiental de la región, la calidad del propio café y el nivel de vida de las familias de los agricultores.
Hamilton Rivera es gerente de SOLCAFE, una de las cooperativas integradas en la Central de Cooperativas Cafetaleras del Norte, CECOCAFEN. En Nicaragua se ha llevado a cabo un Proyecto de mejora de la producción cafetalera y acceso al mercado, dentro del programa “la Nicaragua posible”. Esta es el testimonio:
¿De dónde es el café de Cecocafen?Las 11 cooperativas cafetaleras agrupadas en Cecocafen son de las provincias de Matagalpa y Jinoteca. Son tierras en las que el café se cultiva desde hace más de 150 años y en las que se produce la mayor parte.
¿Cómo ha vivido Nicaragua la crisis del café?Los bajos precios del café en los mercados internacionales han provocado que se descuiden las plantaciones, bien porque los campesinos han de dedicarse a otras actividades como trabajar de braceros, bien porque las matas se han abandonado y los trabajadores se han desplazado a otras regiones buscando un trabajo más productivo. A ello hay que sumar el desgaste de las tierras por utilizar métodos que han contaminado y desgastado los suelos y las aguas.
Como resultado de todo ello, durante el año 2004, y por primera vez, la producción de café en Nicaragua bajó. Fue un 40% inferior a la del año anterior.
¿Cómo ha afrontado Cecocafen esta crisis?Con un programa de mejora de la caficultura a largo plazo que tiene un triple objetivo: mejorar la calidad ambiental de la región, mejorar la calidad del propio café y mejorar la calidad de vida de las familias de los agricultores.
La calidad ambiental y del producto se consiguen gracias a una producción orgánica que nos obliga, por ejemplo, a que las aguas con las que se limpian los granos reposen en “lagunas de oxidación”, en las que pierden la acidez, antes de ser devueltas al curso natural de los riachuelos. Este tratamiento de las aguas nos asegura la continuidad de nuestros bosques milenarios.
La producción orgánica también implica que las matas de café estén siempre en zonas de sombra y nos impide la utilización de fertilizantes o plaguicidas químicos. Para abonar el suelo utilizamos la propia pulpa del café que se obtiene después de su descascarillado y como fertilizante foliar (aquel que se rocía directamente sobre las hojas) y pesticida utilizamos los jugos que deja el café tras su fermentación, una mezcla de azúcares y carbohidratos. No contaminamos ni la tierra ni el agua; ello permite que nuestra producción orgánica anual aumente el 10%.
¿Todos los agricultores que integran Cecocafen producen café orgánico? Aún no. En la actualidad sólo el 30% de nuestro café es orgánico; el 40% cuando finalice el 2005. Es un proceso lento, tardamos unos tres años en conseguir que una cosecha cultivada con métodos tradicionales se convierta en orgánica. Esto se explica porque el café se cosecha bianualmente y porque es el tiempo que nos exige Biolafina, la institución que ofrece los certificados de café orgánico en América Latina, para hacer sus diferentes auditorías. Sin embargo, intentamos dar a todo nuestro café, sea ya orgánico o no, la máxima calidad.
¿Y cómo demuestran esta calidad?Creo que nuestra calidad se demuestra por el hecho de que, de los 150 contenedores de 250 sacos cada uno que producimos, todos se exportan. Estados Unidos, Alemania, Italia, Gran Bretaña o España se encuentran entre nuestros principales compradores. Pero, además, participamos en ferias y concursos internacionales. En la última edición de la Taza de la Excelencia, concurso en el que participaron más de 400 cafés de toda América, conseguimos que algunos de nuestros cafés estuvieran entre los 10 primeros. También nos hemos presentados en ferias en Alemania y Estados Unidos y hemos conseguido estar entre los cinco cafés más apreciados del mundo. En Estados Unidos gusta especialmente nuestro café con gusto achocolatado, por ejemplo.
¿Cómo ha llegado su café a los mercados internacionales? Porque hemos hecho un esfuerzo considerable para estar presentes en ferias de café de Estados Unidos y Europa, lo que nos ha permitido establecer una relación directa con los compradores. Y también porque estos compradores no sólo aprecian nuestra calidad sino que apuestan por las mejoras sociales que nuestro producto está permitiendo.
¿Cómo se reparten e invierten los beneficios? El año pasado los caficultores vinculados a Cecocafen obtuvieron, de promedio, 92 dólares por saco de café (por cada 100 libras de café) frente a los 43 dólares de un campesino que vendió su café a los coyotes (intermediarios que trabajan para empresas comercializadoras). De los beneficios obtenidos, cada caficultor cedió el 4% al Fondo Social de Inversiones de Cecocafen a través del cual financiamos 300 becas universitarias, técnicas y de bachiller; promovemos la atención sanitaria básica; construimos trochas (caminos de tierra) para poder desplazarnos desde los pueblos hasta las distintas instalaciones donde se procesa el café o hasta los pueblos más cercanos, y promovemos el deporte entre los jóvenes para combatir el consumo de drogas.
¿Pero las familias también han mejorado su situación? Desde que se creó Cecocafen, hace ahora siete años, he visto cómo muchas de las casas de madera de los campesinos se convertían en casa de adoquines, cómo las familias compraban ganado bovino y equino para mejorar su alimentación o su trabajo y cómo bajaba el nivel de analfabetismo. De hecho, nosotros hemos sido pioneros en Nicaragua en la promoción de programas de alfabetización radiofónicos. La economía de las familias ha mejorado y el café ha sido el impulso de todo ello.
Gracias al entusiasmo que ha supuesto el café en la zona, se han creado nuevas iniciativas como la del Grupo de Mujeres en Ahorro que agrupa a más de 400. Se ayudan unas a otras otorgando microcréditos con los que comprar vacas o gallinas para conseguir, así, ingresos extra para las familias. Y con los intereses que obtiene el propio grupo, ofrece nuevos créditos.
¿Cuál es el trabajo que realizan los socios de las diferentes cooperativas y Cecocafen desde la mata de café hasta que los sacos se embarcan? El cuidado de las plantas, de los suelos; el cultivo y la recolección cuando el grano está maduro son claves para tener un café con un sabor y un aroma de calidad. El proceso continua con el despulpe (descascarillado) y la clasificación de los granos; tras ello, los granos se dejan fermentar unas 12 a 14 horas, desprendiendo una melaza. Debemos lavarlos y secarlos exponiéndolos al sol. En este primer proceso de secado pierden casi el 50% de su humedad. Luego pasan al puesto de acopio donde quedan almacenados hasta que realizamos el beneficio seco que consiste en una nueva etapa de secado en la que el café reduce su humedad hasta el 12% tras la cual, permanecerá cerca de dos meses en las bodegas para adquirir su sabor y color definitivos. Finalmente, son embarcados hacia los países compradores.
La siguiente es la historia de un peregrino perdido en el desierto, que muriéndose de sed divisó a lo lejos una vieja choza destartalada, curtida por la intemperie, que producía una pequeña sombra del calor en el horizonte.
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